Si eres diseñador o has acudido a imprimir un diseño en una imprenta seguramente habrás escuchado eso de que el archivo necesita sangre.
De hecho, la falta de sangrado es uno de los problemas más frecuentes a la hora de realizar impresiones de trabajos (ya sea en digital u offset).
¿Pero qué es exactamente la sangría en diseño gráfico?
En Copyrap contamos con un departamento de diseño gráfico con dilatada experiencia profesional.
Por ello que queremos explicarte qué es el sangrado y darte algunos consejos para que tus archivos de impresión lleguen siempre perfectos y listos para entrar en máquinas.
¡Sigue leyendo!
¿Qué es LA SANGRÍA en diseño gráfico?
La primera pregunta a la que debemos responder es qué es exactamente la sangría en diseño gráfico.
La sangre de un archivo es el área de diseño que quedará fuera de los límites de nuestro trabajo final cuando éste haya sido cortado a la medida definitiva.
Se trata de un espacio extra en nuestra mesa que damos a nuestros diseños para garantizar de esa manera la correcta impresión.
¿Pero por qué se emplea sangre en los archivos?
Las máquinas de impresión (sobre todo las de impresión digital) no son perfectas y durante el proceso de impresión de los archivos –especialmente aquellos que van a doble cara–, los pliegos de papel pueden desplazarse, dando lugar a pequeños filos blancos y áreas no impresas si el archivo que sacamos lleva la medida justa.
Para eso empleamos la sangre: al añadir ese espacio extra a nuestra mesa de trabajo, nos aseguramos de que toda la superficie final del trabajo queda impresa, aunque el papel se haya podido desplazar un poco, consiguiendo así un acabado final profesional y perfecto.
Cómo aplicar la sangría en diseño gráfico.
El sangrado que debemos añadir a nuestro trabajo de diseño dependerá del tamaño final del mismo.
Para impresión digital y offset bastará, por norma general, con añadir unos 3 milímetros aproximadamente por cada lado de la mesa de trabajo. Es decir, para una tarjeta de tamaño estándar 85×55 milímetros, nuestra mesa de trabajo tendrá unas dimensiones de 91×61 milímetros.
En impresión de Gran Formato también podemos diseñar documentos con sangre, para aquellos trabajos que, por ejemplo, vayan a pegarse sobre alguna superficie. De esa manera, nos aseguramos de que la superficie se cubre por completo, sin que se vea el soporte. En estos casos, la sangre de nuestro diseño dependerá en gran medida del tamaño final del archivo, siendo ente 1 y 2 centímetros por cada lado para archivos pequeños (como placas de horario, por ejemplo) hasta 4-5 centímetros, para diseños de rótulos o fotomurales.
Mesa de trabajo de tarjeta con plantilla de trabajo para diseño
Es muy importante tener en cuenta que la sangre de nuestro diseño debe ser una continuación del mismo.
Es decir, si nuestro diseño tiene un fondo de color plano o algún degradado, deberemos extender estos mismos colores hasta ocupar la superficie del sangrado. Si tenemos una fotografía, debemos ampliar ésta hasta que ocupe toda la zona de sangrado.
Sólo así conseguiremos que la impresión quede perfecta en el caso de producirse un desplazamiento del papel.
LA ZONA DE SEGURIDAD.
Aunque el sangrado es esencial para la impresión de nuestros diseños, no es el único factor que debemos tener en cuenta a la hora de preparar nuestro archivo para imprenta.
La zona de seguridad juega otro papel muy importante.
Esta zona de seguridad se define como el espacio que respetamos entre la información esencial de nuestro trabajo (logotipo, textos, datos de contacto…) y el límite que indica el corte final.
Como hemos comentado anteriormente, la impresión digital y offset puede provocar que los pliegos de papel se desplacen. Si ponemos toda esta información muy cerca de la zona de corte final, nos arriesgamos a que, si la máquina ha desplazado la impresión, perdamos esa información por un corte demasiado ajustado.
La zona de seguridad evita que suceda esto.
Lo ideal sería dejar entre 3 y 5 milímetros por cada lado desde la zona de corte final a la zona de diseño seguro.
Ejemplo de aplicación correcta y errónea de los elementos de diseño teniendo en cuenta los márgenes de seguridad de la plantilla.
Aplicando correctamente estos sencillos pasos para dar sangrado y establecer la zona de seguridad de nuestros diseños nos ahorraremos mucho posibles problemas de impresión.
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